Ubicado en el viejo municipio de Kangra, el templo de Brijeshwari alguna vez reconocido por sus inmensas riquezas, que atrajeron a gobernantes y saqueadores de todas partes. Dedicado a la diosa Vajreshwari, una forma de Durga, el templo es reverenciado como uno de los 51 shaktipeethas en el país. Se cree que fue construido sobre el punto donde cayó el pecho de la diosa Sati.

Cuenta la leyenda que hubo una vez el padre de la diosa Sati organizó un yajna (un ritual de fuego) y olvidó invitar a su hijastro, el Señor Shiva, a la ceremonia. Sati se sintió tan insultada por esto que se inmoló a sí misma en el yaina. Afligido, el Señor Shiva tomó en sus brazos el cuerpo sin vida y comenzó a desempeñar la tandava, la danza de la destrucción cósmica. Aterrado de que Shiva aniquilara todo a su paso, el Señor Vishnu hizo trizas el cuerpo de Sati con su chakra. Se dice que en cada lugar donde cayeron sus restos, un santuario o shaktipeetha fue erguido.

El templo es hogar de un hermoso ídolo de la diosa, elaborado en plata. Un bullicioso bazar con tienditas de prasad (alimentos devocionalmente ofrecidos a los dioses) te llevan a los adentros del hermoso templo blanco, el cual se encuentra próximo al fuerte de Kangra. De acuerdo a las leyendas populares, el templo fue construido por los Pandavas del poema épico Mahabharata luego de que la diosa Durga apareciera en sus sueños y les ordenara construir un santuario en Nagarkot para resguardarla.

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